martes, 10 de abril de 2012

El No común

Y el lobo ha acabado por llegar. Y lo ha hecho con las fauces abiertas de par en par.

En un hecho sin precedentes, y cuando hace tan sólo seis días que se presentaron los presupuestos generales del estado, nuestro querido presidente del gobierno se ha descolgado hoy con el anuncio de un recorte en materia de Sanidad y Educación de unos 10.000 millones de euros. (Sr. Rajoy, ¿Qué validez y credibilidad deberíamos otorgar a estos presupuestos que en tan corto plazo sufren semejante remiendo?)

En segundo lugar, y aunque es algo que se venía rumoreando desde los incidentes de Valencia, el ministro del interior, Jorge Fernández, ha anunciado que presentará el proyecto de modificación del Código Penal por el cual se endurecerán todos los artículos que regulan los delitos de orden público. Entre las novedades estarán incluir la "resistencia pacífica" dentro de los "atentados a la autoridad" y considerar un agravante de la desobediencia a la autoridad el hecho de que ésta se produzca en una manifestación o concentración.

Para acabar de redondear esta desoladora situación, y aunque sea simplemente como muestra de su carácter democrático y talante negociador, observo atónito cómo sigue sin reunirse con los representantes sindicales (y cómo se niega a responder por tercera vez a las misivas que éstos le han dirijido desde que se aprobó la reforma laboral) cuando tan sólo cuatro días después de ser investido presidente se reunió con los banqueros y dos semanas después con los empresarios.

Llegados a este punto, considero que ha llegado el momento de decir basta, de revitalizar un movimiento ciudadano de contestación mayoritario, articulado entorno a aquello que nos une, a lo que yo llamo el "No común", que exija a esta banda de miserables que gobierne y legisle para los ciudadanos soberanos, recordándoles por si lo han olvidado, que es de éstos y no de los mercados, de los que emanan los poderes del Estado.

Es indudable que el llamado movimiento 15M supuso un soplo de aire fresco, un resurgir de cierta esperanza y la recuperación de cierto empoderamiento por parte de una ciudadanía por otro lado anestesiada y amedrentada. Es obvio que el movimiento es imperfecto, es posible que haya perdido fuerza e incluso que se haya difuminado, pero creo que es de justicia reconocer(nos) que la movilización que provocó fue (es) mucho mayor de la que nadie hubiese sospechado siquiera el día 14 y sin la cual resulta harto difícil explicar respuestas ciudadanas tan masivas como las que siguieron a las cargas policiales acaecidas en Valencia al calor de las cargas contra los estudiantes del I.E.S. Lluís Vives en febrero.

Dicho lo anterior, me propongo hacer de este un post "colaborativo" en el que los que gustéis podáis aportar críticas e ideas para poder llegar e involucrar cada día a más gente, de manera que alcancemos una masa crítica suficiente como para constituir un verdadero grupo de presión y que las propuestas surgidas de la sociedad civil tengan eco en la esfera política. Trato pues de que nos planteemos cómo sumar fuerzas y cómo atraer a más gente, a la vez que advertir algunos errores en los que considero que puede caer.


Adecuar y moderar el lenguaje


Entiendo que el 15M es un movimiento vivo, dinámico y en evolución, que sigue construyendo su gramática, pero repito lo que apunté en el post sobre la huelga general. El lenguaje es la herramienta gracias a la cual pensamos e imaginamos, es la herramienta con la que construimos las imágenes que posteriormente cristalizan en ideas y acciones. De él emana lo que como humanos podemos aprehender y casi todo lo que podemos crear (para el resto está el arte).

Además, y tal vez esto sea lo crucial, nos permite comunicar esas mismas ideas, sentimientos y sensaciones, nos permite, en fin, socializarnos. Sin embargo también es una herramienta que permite oscurecer y velar las intenciones, dividir, incomunicar e incluso decir sin decir nada (me refiero, por ejemplo, a las imposturas intelectuales denunciadas por Sokal).

Así pues, si lo importante es comunicar, remover conciencias, sembrar el germen de la crítica, debatir y confrontar ideas, sumar en definitiva, bien haríamos en adecuar nuestro uso del lenguaje, haciéndolo comprensible, "traduciendo" conceptos que normalmente se retuercen para hacer inaccesibles los mensajes y ayudando cada uno desde su nicho de conocimiento.

Otro aspecto que considero importante es la moderación en su uso. Conviene no desdeñar la fuerza que poseen las palabras y el rechazo que pueden producir. Sin ir más lejos, recordemos la repulsa que las palabras del célebre Antonio Moreno tuvieron al calificarnos de enemigos. Lo que intento proponer es un uso cuidadoso y progresivo del lenguaje. 

Con cuidadoso me refiero a intentar evitar proclamas "excesivas" que al calor de la indignación ante la situación actual (o ante una puntual) puedan surgir en un momento dado. Por ejemplo, considero un "error a evitar" (y entiéndase el ánimo constructivo de la crítica y la comprensión por el momento y la situación en que se dijeron) las arengas a "quemar Valencia" ante las cargas policiales de febrero. Esta llamada a la moderación queda más que justificada por la utilización que de ellas harán políticos y medios, y que desgraciadamente contribuirán a deslegitimar las protestas y reivindicaciones por justificadas que éstas sean. Así pues, atemperemos el pathos de la indignación.

Por progresivo me refiero a premiar la exposición razonada y gradual frente a la aseveración categórica. Bajo mi punto de vista es incuestionable que una sentencia categórica ante una creencia o idea fuertemente arraigada sólo provoca mayor cerrazón y la reafirmación de la misma por parte del interlocutor. La idea subyacente es que en nuestro estado, y bajo mi punto de vista, la política es un dogma, una cuestión de fe, y como tal, no suele admitir réplicas con facilidad.

En otras palabras, me estoy refiriendo a la idea de fetiche del psicoanálisis que Slavoj Žižek plantea en su obra Primero como tragedia, después como farsa. Tal y como el filósofo esloveno apunta , la desmitificación interpretativa del fetiche es prácticamente imposible, dado que el fetichista se siente satisfecho con su fetiche y no siente necesidad alguna de librarse de él. A este respecto, una de las cuestiones fundamentales a abordar es la identificación de aquellos "fetiches" especialmente dañinos, como el que supone la atribución de gran parte de los males de la situación laboral a los sindicatos, premisa que además de ser falsa, no hace más que dividirnos y sembrar desconfianza entre actores convergentes por naturaleza (15M-sindicatos).

A este respecto, es imperativo catalogar los elementos constitutivos del troquelado imaginario colectivo que hace que aquellos a los que la adopción de las medidas liberales más afectan y cuyos derechos más se cercenan, sean a su vez los mismos sobre los que se esté sustentando la legitimidad de este gobierno (trabajador explotado, pensionista que pierde poder adquisitivo... votantes o defensores de las medidas del PP).

Para acabar las consideraciones sobre el lenguaje, decir que no veo contradicción alguna entre una exposición educada, accesible y razonada y su firmeza y profundidad crítica. Sirva como ejemplo la exposición de la situación griega por parte de Pedro Olalla o los discursos de Carlos Taibo.


Generosidad


Cuando hablo de generosidad la entiendo en tres direcciones, que por nominarlas de alguna forma serían:

Entre colectivos: Sería injusto pensar que la irrupción del movimiento ciudadano tal como lo conocemos hoy (tras el 15M) surge de la nada. Existen numerosas organizaciones que llevan años realizando una labor silenciosa y abnegada sin la cual difícilmente se hubiera producido éste. Me estoy refiriendo a esas organizaciones de todo tipo, que en distintos campos de actuación, llevan tiempo trabajando en pro de una sociedad más justa. Así pues, considero fundamental que se incorpore la experiencia y conocimiento acumulado por estas organizaciones a lo largo de los años. Por otro lado, éstas harían bien en aprender de los "recién llegados" su capacidad de integrar y algutinar, puesto que en poco tiempo (y dejando de lado la innegable contribución que la cada vez más insostenible situación social realiza) han sido capaces de movilizar y atraer más gente que el resto de colectivos a lo largo de los años.

Entre generaciones: Una de las fortalezas innegables del 15M ha sido(es) su carácter intergeneracional. Tradicionalmente las reivindicaciones podían ser categorizadas fácilmente atendiendo a la generación a la que pertenecían los afectados, siendo difícil, por ejemplo, ver a adultos -padres y yayos- en manifestaciones contra los planes de Bolonia. Es fundamental que seamos capaces de potenciar más si cabe este diálogo entre generaciones, sumando a la experiencia y sabiduria de nuestros mayores la energía de los jóvenes, dejando de lado de una vez prejuicios infundados.

Entre corrientes: Una de las fortalezas del 15M fue sin duda su cualidad de "apartidista", cualidad que contribuyó innegablemente a la suma de voluntades e ideologías heterogéneas. Podemos argumentar que la no adscripción a ninguna formación política dificulta la consecución de sus objetivos, pero a mi entender es mucho más importante la contribución de la primera que la rémora que pueda suponer la segunda. Y es dentro de esta heterogeneidad donde cabe hablar de generosidad para expresar nuestro desacuerdo ante un hecho común desde la sana diferencia, para premiar lo que nos une, la contestación al sistema capitalista (si me apuran, algunos se opondrán únicamente a esta forma de capitalismo desbocado) frente a lo que nos separa, que presupongo serán los medios o fines (los habrán reformistas, partidarios de la resistencia constitucional, libertarios, revolucionarios ...)

Uno de los errores tradicionales de las "vanguardias" ha sido, si se me permite, sentarse a ver los toros desde la barrera. Centradas muchas veces en realizar exámenes de pureza ideológica, se han olvidado, la mayoría de las veces, del objetivo fundamental, que es la acumulación de poder político. Tampoco estaría de más recordar la historia, que tozudamente se ha empeñado en condenar al fracaso todo intento por éstas de vehicular y dirigir los movimientos de las bases. Abogo pues porque salgan de su aislamiento, que sumen y se sumen a este movimiento.


Realismo


Somos el 99%. Un eslogan tan genial como cierto. Pero cierto con matices. Sí, somos el 99%, tal vez como dice Paul Krugman el 99.9%, pero al menos el 80% de ese 99% no lo saben, no lo creen o no lo quieren creer. Por eso conviene que seamos realistas y no sobreestimemos lo conseguido, pues queda mucho trecho aún por recorrer. Ya lo decía Étienne de La Boétie allá por 1548 en su discurso "Sobre la servidumbre voluntaria". Ante esto sólo cabe información, educación y pedagogía

Creo firmemente que si tenemos alguna posibilidad de desenmascarar y desmontar la visión distorsionada que los medios de persuasión hacen de la realidad es acudiendo a la pedagogía y adoptando una postura socrática, que mediante el diálogo y la interrogación, conduzca a la reflexión y al cuestionamiento de las ideas que por desgracia se hallan ampliamente instaladas en gran parte de la sociedad. De nuestra capacidad para gestionar este aspecto depende el éxito de nuestra reivindicación.

Otro elemento importante es el pragmatismo. La rueda se inventó ya mucho tiempo atrás, y bien haríamos en dejar de lado cualquier tentación de tipo adanista. La propia participación en un movimiento que aspira a transformar la realidad puede inducir, sobre todo a los recién llegados, a querer repensar ésta en su totalidad.  Seamos realistas, aprovechemos experiencias y pongámoslas en práctica sin necesidad de partir del punto 0


No violencia


A este respecto, poco que aportar. La no violencia es en este momento una condición indispensable para que el movimiento tenga legitimidad y aceptación. El movimiento lo será mientras se limite a la acción directa no violenta.



Plataformas digitales


Partiendo del reconocimiento al trabajo que se ha realizado en  el desarrollo de las plataformas digitales relacionadas con el 15M, y de las que sólo conozco por encima propongo y virtualpol, considero que debería hacerse un esfuerzo en su promoción y adecuación al público en general. 

Virtualpol, bajo mi punto de vista, es una herramienta poco amigable para el usuario medio y  ceo urgente mejorarla en términos de usabilidad. La curva de aprendizaje es demasiado elevada para que se convierta en el sistema de votación y red social democrática de uso masivo que aspira a ser. Me consta que se ha puesto en marcha una campaña de crowfunding con el objetivo de recabar fondos para trabajar en su mejoraPropongo, por contra, me parece más amigable, dado su formato "a la meneame", con el que mucha más gente puede estar familiarizada.

Lo que desconozco es si existe una relación entre ambas herramientas, si los temas propuestos y sometidos a votación en la primera son reflejados en la segunda y viceversa. Parece evidente que si el objetivo es  facilitar la organización y la votación de propuestas, disponer de una única plataforma sería lo más adecuado. Si bien en el ámbito de una asamblea el utilizar una u otra herramienta puede no suponer un problema, a la hora de coordinar acciones y/o propuestas entre éstas si lo es.

Tal vez sea una manifestación más del debate sobre la duplicidad de esfuerzos inherente a los proyectos opensource -aunque reitero una vez más que no conozco el tema en profundidad- que en este caso es necesario abordar.


Por hoy, no doy más, aunque no quería acostarme sin abrir este melón y recordar que es urgente reflexionar  y trabajar para potenciar el carácter incluyente del movimiento entorno al No común, para construir una protesta masiva, en la que tengamos cabida todos, dejando de lado sectarismos excluyentes.

Acabo citando a Žižek "Nosotros somos aquellos a los que hemos estado esperando".

4 comentarios:

  1. Muchas gracias Raúl, sobre todo por dedicar tiempo a leerlo. Creo que eres el único que se lo ha leido :P

    A ver si entre todos podemos dar con la fórmula para que esto mejore...

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  2. Que necesario es "adecuar nuestro uso del lenguaje, haciéndolo comprensible, "traduciendo" "... y tú lo consigues con cada post, gracias por el trabajo de lectura, traducción y síntesis!

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